9/15/2020

Viento sobre el eón del silencio



El encuentro con las obras minimales gigantescas de Feldman supuso pata mí una experiencia musical
sobrecogedora. Cuando asistí al estreno de "For Philip Guston" en la Albright Knox Gallery junto al propio Feldman, Barbara Monk y mi buen amigo Gyula Csapo, no imaginaba que la pieza iba a ocupar mi psique de manera tan invasiva. Tras cinco horas y pico de interpretación maratanoniana por parte de Ivar, Jan y Eberhard, sólo quedamos en la sala, además de un abnegado crico local de música, Barbara, Morty, Gyula y yo. Feldman nos invitó luego a cenar, y alumnos e intérpretes continuamos la fiesta musical algunas horas más. Los intérpretes estaban extenuados y en en éxtasis, como yo mismo, una borrachera de sonido más profunda y serena que la que en su momento me produjeron las también inmensas óperas de Wagner. 
No obstante, la parte de egotrip que supone tomar prestando un intervalo tan grande del tiempo vital del oyente, me llevó a no recorrer ese camino hasta muchos años más tarde. El hecho de poder hacerlo en el entorno musical de la música electrónica, legitima el uso de lienzos temporales tan enormes. Ya no se abusa de intérpretes ni de público, pues pasa a ser una acción íntima de escucha, no muy distinta de la que se propone en gran parte de la obra de Schubert.
La forma pasa a ser una cuestión de escala: capas y capas de clarinete manipulado, diluido, condensado, invertido, en el que aparecen obstinadas figuras recurrentes que no se repiten exactamente igual.